Llegados a un punto en el que los consumidores se encuentran constantemente saturados por toda la información que les rodea y que están cansados de recibir anuncios al por mayor, los publicistas y creadores de contenidos se encuentran con el problema diario de luchar contra dos cosas:

  • Intentar vender suscitando interés con contenidos originales y no tan directos a la venta.
  • Intentar conseguir que el público descubra el contenido del anuncio por su propia cuenta, es decir, sin que este les sea bombardeado indiscriminadamente. De esta manera, se lograría suscitar más interés y promover que el cliente no sólo se interese por el producto, sino también por la marca.

Es por esto, por lo que cada vez son más las empresas que optan por formatos de publicidad menos explícitos, menos agresivos y con más contenido e historia para el consumidor. De este modo, el objetivo no es sólo vender un producto, sino el de hacer al consumidor partícipe de una experiencia, relacionada con el valor del producto y la identidad de la marca.

A raíz de todo esto, han nacido nuevas formas de publicidad, como es el caso del transmedia o el branded content, entre otros. Como ya os contamos en nuestro artículo de Transmedia storytelling, una campaña transmedia funciona de manera opuesta a una campaña de comunicación convencional. En lugar de repetir lo mismo en tantos medios como nos sea posible, cada nuevo punto de contacto debe ser un impacto distinto. Cada nuevo impacto enriquece los anteriores y el total de la comunicación. La idea es estar en todos los medios posibles (transmedia) contando una sola historia.

En este artículo os queremos hablar del branded entertainment.

 

¿Qué es el Branded Entertainment?

El Branded Entertainment es una técnica publicitaria que consiste en la creación de contenidos de comunicación que resulten entretenidos para el consumidor. En el Brand Entertainment, la línea argumental se desarrolla en torno a los valores de la marca y de su identidad.

Al igual que ocurre con otras formas de marketing, el Branded Entertainment puede adquirir diversas formas y adaptarse a diferentes formatos y soportes, especialmente visuales, como pueden ser, los cortometrajes, las web-series o incluso las películas. En esta modalidad de marketing, las empresas se encargan de crear sus propios contenidos en función de lo que sea más adecuado para promocionar cada uno de sus productos.

Otra ventaja de esta técnica es que confiere a la marca o empresa una mayor libertad a la hora de crear y distribuir sus propios contenidos, hasta el punto de que algunas marcas llegan a tener incluso su propio canal de entretenimiento publicitario (en TV, internet, apps, etc.), los llamados branded media channels.

Se trata de un tipo de publicidad que cuenta con un valor añadido, el de entretener al cliente y hacerle partícipe de la historia creada alrededor de los productos de una marca. De este modo, se consigue motivar a la gente para que consuma dichos productos, ofreciéndole un valor añadido extra y logrando obtener el tan deseado engagement con nuestra marca.

 

Ejemplos de Branded Entertainment

Branded Entertainment en Lego

Tras muchos años de pérdidas económicas, la empresa danesa de juguetes Lego consiguió llegar a un acuerdo con la productora Warner Bros para lanzar películas y series de televisión basados en los productos de su marca, entre ellos The Lego Movie y Lego Ninjago, que tuvieron muy buena acogida en taquilla (468 millones en la taquilla mundial). Este hecho supuso grandes nuevos de millones ingresos para la firma danesa, que se recuperó de sus deudas y además consiguió superar a Mattel como la mayor juguetera mundial en ventas.

Este es un perfecto ejemplo de cómo ya no basta solo con generar un buen spot publicitario con el fin de vender, sino que hace falta, además, generar una buena experiencia para los consumidores, ofreciéndoles entretenimiento y diversión con una buena historia.

Fuente: (NEURADS, 2016)

Branded Entertainment en Lego

 

Branded Entertainment en The Hire

The Hire es quizás uno de los proyectos más ambiciosos del Branded Entertainment. Se trata de una serie de 8 cortos, producidos por la marca alemana de coches BMW, dirigidos por nombres como AngLee, John Woo o Guy Ritchie y protagonizados por auténticas estrellas de Hollywood como Clive Owen, Madonna o Gary Oldman, entre otros.

Todos los cortos relatan historias de acción e intriga, a partir un elemento común: un coche BMW, alrededor del cual se desarrolla la trama de cada historia contada en los cortos. Una genialidad que permitió a la marca de coches alemana aumentar sus ventas, al mismo tiempo que abrirle un camino en el mundo del cine, con producciones de alta calidad, entretenidas y protagonizadas por grandes estrellas.

Fuente: (WIKIPEDIA, 2018)

Branded Entertainment en The Hire

 

Branded Entertainment en Oceanix

La gama de productos Oceanix de la marca española de galletas Cuétara, es otro perfecto ejemplo de Branded Entertainment enfocado a un público más infantil.

A raíz de sus galletas, la marca Cuétara ha creado todo un mundo para sus consumidores más pequeños, lleno de personajes divertidos, una página web con contenidos interactivos, su propia web-serie y hasta su propia banda sonora, así como un sinfín de actividades, concursos, descargables y eventos en los que tanto adultos como niños pueden ser partícipes.

 

 

En definitiva, tal y como hemos podido ver a lo largo de este artículo, una buena forma de diferenciarse de la competencia y ofrecer contenidos que consigan atraer a los consumidores sin saturarles sería usar el Branded Entertainment.  Se trata de una herramienta de marketing altamente efectiva para fortalecer la cultura de marca y hacer que una empresa destaque de su competencia.

El Branded Entertainment cada vez se posiciona más como una forma creativa y atractiva de promocionar marcas y productos y amenaza con convertirse en un futuro no tan próximo en una estrategia esencial para todas aquellas empresas que deseen establecer una conexión más fuerte con sus clientes y ser líderes en un mercado cada vez más competitivo.